lunes, 30 de noviembre de 2015

No me BUSQUES que me ENCUENTRAS


Definitivamente ese delantal me queda largo.
Si es que no me gusta ponerme delantal para cocinar.
Me lo quito y me lo pondré justo cuando estén en la puerta.
Eso es lo que tienen los regalos, que deseas demostrar que te han encantado. Sonrío. Espero que les guste el arroz, porque esta paella dice "cómeme" ;)
Suena el timbre de la puerta, empieza el sarao, me encanta reencontrarme con estos amigos.
"Te presento a mi nueva novia..."-me dice Javier mientras le doy dos besos a una chica guapísima que me sonríe, mientras se gira muy seria hacia Javier-
"¿A mi nueva novia?"-le pregunta con voz casi enfadada-
Las miradas se cruzan, los ánimos se caldean y ni corta ni perezosa la "nueva novia" le suelta un “No me busques... Que me encuentras".
Uf, esta comida puede no saber a gloria. Sonrío.


Las discusiones más habituales son "mal de muchos y consuelo de... tantos"... Sonrío.

Parece que si no entramos al trapo pueden pensar que somos débiles, que no tenemos 
criterio, o que nos dejamos pisar por cualquiera . Mi padre y a propósito de las discusiones, me decía: "tal vez lo inteligente es sobre todo, no resolverlas sino no provocarlas".

La verdad es que "dos no discuten si uno no quiere", pero igual de cierto es que a veces es muy difícil no hacerlo.

Todos tenemos momentos que estamos más susceptibles y que lo que para otro sería contrastar ideas y  aclarar temas, para llegar a soluciones, a nosotros nos llega no como esa defensa de ese algo, sino la defensa indefendible de alguien.

Si todos aplicásemos eso de: "no hagas o digas a los demás lo que no quieres para ti." tal vez podríamos controlar estas situaciones que además de inapropiadas, pueden ser hasta violentas.

Creo que hay expresiones que nos provocan ganas de discutir, decir cosas como: "lo sabía", "te lo dije", "no es para tanto", "déjalo tú", "no lo entenderías", "si es que fue por tu culpa", "¿me entiendes?".

Pero pienso que como en todo, no todo es blanco ni negro y hay discusiones que son casi necesarias, no para vencer sino para convencer.

Ahora recuerdo a unos vecinos que nunca discutían, nunca se les vio enfadados, incluso muy bien juntos. Sorprendentemente  un día nos dimos cuenta que él ya había empezado su mudanza porque habían decidido separarse. En ese momento pensé si siempre  es cierto eso de que la solución es decidir que "mejor SOLOS que MAL ACOMPAÑADOS".

Inevitablemente me pregunté: "¿Qué hubiese ocurrido si se opta por discutir en lugar de usar el derecho a guardar los problemas en silencio?". Uf, como decía Raphael... "que SABE NADIE...".

También me viene a la memoria que hace un tiempo e intentando algo tan simple como tapar una botella de perfume y no conseguir encajarlo, me di cuenta que aunque cada día me empeñaba en poner ese tapón en su sitio, ese tapón había dejado de encajar. ¿Presionarlo? ¿Para qué?

Eso es similar a lo que nos pasa cuando nos encontramos con personas, situaciones que no encajan y nos empeñamos en discutir para lograr que lo hagan o para que permanezcan sin encajar pero autoconvenciéndonos de que algún día lo harán.

Y como ya sabéis que yo siempre deseo encontrar la cara bonita de los temas y cosas que me preocupan... pienso que lo mejor de las discusiones es ....cuando terminan, y podemos sentir eso de que: "Después de la tormenta viene la calma".

Tal vez lo importante es saber aguantar la tormenta para llegar a esa calma o que esa tormenta sea lo más calmada posible, sonrío.

Así que cuando esas discusiones se hacen interminables, son como esas tormentas que llegan sin pedir permiso y que invitaríamos a salir sin él, por eso mejor seguir contemplándolas detrás de unos cristales o arriesgarnos a andar bajo la lluvia "pero" con paraguas de colores. ;) Permitirnos ver caer el agua desde todos los lados y respetando todas las opiniones. Actuar desde la esperanza de perseguir y conseguir sustituir las discusiones por el diálogo calmado.

Siempre será cierto que la razón no es siempre del que cree que la tiene, pero vale la pena si al final no hemos podido evitar la discusión. Difuminar los efectos secundarios propios o colaterales, sobre todo porque pienso que es un doble trabajo el de enfadarte y desenfadarse. Sonrío,

Así que me dispongo después del episodio de la escalera, a abalanzarme en ese abrazo que separe físicamente a los dos "candidatos a discutidores" y plantarles dos o más besos, y conducirlos al comedor donde pongo música, que siempre amansa un poco a las "fieras", sonrío.

Y por arte de esa magia que se produce cuando ciertos milagros no son sinónimo de misticismos arcaicos, sino de voluntades firmes y convencidas... Me doy cuenta que la sonrisa puede incluso con ese “No me busques que me encuentras.”.

Que bueno poder afirmar al recibir ese ramo de tulipanes amarillos de mi amiga Concha, que hay frases casi idénticas con significados muy distintos, porqué ahora lo que si se me antoja decir es que "si me buscas me dejo encontrar". Sonrío.

Con una sonrisa y desde la energía positiva que me provocáis... Feliz semana a tod@s