Esto de subirse al bus me está gustando. Si es que esta aplicación en mi teléfono es comodísima!! Así tengo a mano los horarios, sé cuando va a llegar el bus a la parada, puedo calcular la duración del trayecto y me da tiempo para repasar mis temas de trabajo.
Pero hoy que se me antoja que no podré aprovechar casi nada... Sonrío.
Dos señoras, pienso que de la tercera edad, están manteniendo una conversación y la verdad es que inevitablemente no solo las oigo sino que las escucho, sonrío.
Es casi como una telenovela pero en vivito y en directo. Hablan no demasiado alto, pero si con el tono de estar por casa. Llega una pausa, me giro para ver la caras de aquel silencio, y una de ellas continúa diciendo: "Si se lo dije ayer a mi Julito, nene, que eso se resuelve fácil, PON PRIORIDADES en tu vida... pero ¿sabes que me contestó él? abuela, con tu música a otra parte". ¿Os imagináis verdad? Ya tengo tema para pensar...
¿Cuántas veces oímos o decimos eso de “hoy estoy muy ocupado”? Y ¿cuantas tantas decimos o nos dicen: “pues deberías poner remedio al tema”?
¿Pero realmente estamos demasiado ocupados? o ¿es una cuestión que se puede resolver, distribuyendo ese tiempo no solo por horas, minutos o segundos sino también por prioridades? Sonrío.
Siempre encontraba tiempo para terminar todos los deberes y poder ir a pasear con mi burrito, ese que aunque fuera eso, un burro, a mi me parecía el mejor de los caballos. Sonrío.
Ufff! eso me hace replantear el tema desde la madurez de episodios vividos y me pregunto si definitivamente deberíamos darnos licencia para no cantarnos milongas para justificar no enfrentarnos a definirlas.
Que bueno cuando podemos decidir cuál es nuestra máxima o máximas prioridades!!!
Tengamos el coraje de decir NO a otras cosas o a otras personas. Ahora me viene a la memoria que leí que incluso deberíamos aprender a decir "tengo otras prioridades y tú no estás en ellas". Pero eso ya me parece demasiado duro.
Mejor desde la educación y corrección, poder conseguir que nada ni nadie logre perturbar nuestra paz con su impaciencia. Y sobre todo valorar a quien te valora y "no tratar como prioridad a quién te trata como una opción".
Y me pregunto: ¿sabemos ver qué es realmente prioritario para nosotros? A mi me ayuda saber qué suma valor o valores a mi VIDA y qué aporta realmente algo bueno, bonito o necesario.
El riesgo está en saber identificar eso. Ya se sabe, lo que es bueno para unos puede no serlo para otros. Los hay que su trabajo será su prioridad y para otros terminarlo para irse… se ha convertido en la suya. Sonrío.
Otro asunto, es que inevitablemente las prioridades pueden cambiar.
Reconozcamos sin ceño fruncido, sonrío, que tal vez hemos decidido cambiar de vida y es lícito cambiar de prioridades, incluso reinventarlas y no desfallecer en el intento.
Reconozcamos sin ceño fruncido, sonrío, que tal vez hemos decidido cambiar de vida y es lícito cambiar de prioridades, incluso reinventarlas y no desfallecer en el intento.
Puede ser bueno recordar eso de "no es lo que fue... es lo que es".
Hay una cita de Isabel Allende, que por cierto me encanta ;) y que me digo muy menudo: Malena, "memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia para no arruinar el presente y optimismo para encarar el mañana".
Creo que las prioridades también nos definen... dan pistas de cómo somos o lo que deseamos ser. Casi que podríamos sumarlas al "dime con quién andas y te diré quien eres".
Conseguiremos que nuestra vida esté bien balanceada, si al final conseguimos que esas prioridades sean gasolina para ella, y podamos hacer todos los kilómetros con una auténtica sonrisa.
En ocasiones priorizamos interminablemente lo que no nos gusta. Si no estamos a gusto con nuestra agenda laboral o personal, es bueno recordar una cita de Albert Einstein que dice: "si BUSCAMOS resultados distintos no hagas siempre lo mismo".
SI por el contrario estamos "tan a gustito", podemos recordar a mi admirado Jim Rohn que nos recomendaba que "si algo va bien duplícalo, no lo cambies, concentra tu atención en cambiar todo lo demás".
Huyendo de extremos, mejor no caer en el exceso de prioridades, porque en este caso no creo que fuera aceptable el refrán que dice "para que falte mejor sobre".
Me pregunto: ¿la obligación antes que la devoción? Y ¿si pudiéramos hacer coincidir obligaciones con devociones? Eso me ha gustado, ni me lo pienso, voy a por ello. Sonrío
Y si al final nos damos cuenta de que no sabemos qué priorizar...
Recuperemos y busquemos momentos en los que el silencio nos dará la respuesta.
Esta semana me propongo y os propongo, fijar prioridades y no decir a nadie cuando me lo aconseje, que “se vaya con su música a otra parte”. Sonrío
Os deseo priorizar el no renunciar a lo irrenunciable: ser feliz. Bonita semana a tod@s!!!!