Estábamos en el hall del hospital ...
Mi madre estaba muy guapa, le había pintado los labios con ese labial que tanto le gustaba y que hizo que sonriera y me sonriera al verse reflejada en el espejo del ascensor.
Yo siempre le bromeaba y le decía: "mami hoy te sale un nuevo admirador". La verdad es que tenía unos cuantos en cada planta del hospital, sonrío.
Su silla de ruedas le permitió conocer más espacios que su habitación y a ese grupo de amigos, formado por pacientes, familiares, cuidadores... con los que nos reuníamos cada día, no solo para hacernos compañía, sino para disfrutar de ella.