Estábamos en el hall del hospital ...
Mi madre estaba muy guapa, le había pintado los labios con ese labial que tanto le gustaba y que hizo que sonriera y me sonriera al verse reflejada en el espejo del ascensor.
Yo siempre le bromeaba y le decía: "mami hoy te sale un nuevo admirador". La verdad es que tenía unos cuantos en cada planta del hospital, sonrío.
Su silla de ruedas le permitió conocer más espacios que su habitación y a ese grupo de amigos, formado por pacientes, familiares, cuidadores... con los que nos reuníamos cada día, no solo para hacernos compañía, sino para disfrutar de ella.
Allí casi nadie estaba de paso y eso permitía conocernos bien y bonito.
Así que hoy, estábamos recibiendo a la nieta de Lucia, así se llamaba una de las pacientes de ese grupito, que justo llegaba andando despacito de la mano de su padre.
Era una ocasión para celebrar, y como allí celebrábamos todo lo que era celebrable, sonrío, decidimos ir a la cafetería.
Al poquito tiempo, ese poquito que muchos niños necesitan para olvidarse de que son extraños... María, la nieta de Lucia, una niña morenita con ojos negros y una cinta rosa en el pelo, se levanta de su silla y se pone a cantar.
Entre estrofa y estrofa mueve las manos con mucho arte andaluz y le hace un guiño a su padre. Yo la estoy mirando sonriendo, y debo reconocer que se me antoja seguirle un poquito su ritmo al son de unas palmas.
Ahora si que sonrío mucho, inesperadamente mi madre también nos sigue las palmas y la sorprende con una gran sonrisa. María le devuelve la sonrisa y un guiño de complicidad como le dedicó antes a su padre.
Mi madre se mostraba tal cual sentía. Y sentía mucho y bonito.
Pienso que es bueno para los que hemos tenido o tenemos familiares o amigos con ALZHEIMER, recordar que esa enfermedad borra la memoria pero no los sentimientos ni las emociones.
Así que apostemos por darnos la oportunidad de provocarles situaciones felices para que ellos puedan "sentirse" (en mayor o menor medida, según el grado de la enfermedad) felices.
Y es que si algo aprendí, acompañando y cuidando a mi madre, es lo importante que puede ser para los enfermos, el que no se sientan "aislados".
Recuerdo algo que leí del profesor Thomas kitwood. Apuntaba que “el bienestar de las personas con demencia es el resultado directo de las relaciones que mantienen con los que les rodean”.
Y es que a todos nos afectan tanto esas relaciones con los que nos rodean!!!
Ahora no puedo olvidar en como sus silencios dejaron de serlo, porque ya nos entendíamos sin palabras.
Y en esos silencios que no lo eran, me daba cuenta que Ella ya no pensaba en lo que pasó... ni en lo que pasará… ella pensaba en lo que pasaba en el momento.
Ese guiño me ha recordado algo que últimamente pienso... Si la vida te guiña un ojo... Devuélvele el guiño... Pero ya!!!
No esperemos más…. Si la vida te insinúa algo bonito... Ni te lo pienses...
Cuántas veces hemos leído que vivamos el hoy , que el ayer ya pasó, que pasado pisado...
Lo bonito es que ni esta enfermedad puede robar el recuerdo diario de que hoy tenemos un día: HOY... y que podemos "elegir hacerles felices" en él.
Uf que buen consejo eso de que "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"
Y si tienes un hoy distinto al que esperabas o deseabas, todavía más deberíamos ponerlo en práctica.
Lo importante es que ese refrán admite adaptación en estos casos y tal vez lo podríamos dejar en : "no dejes para mañana lo que puedas sentir hoy".
La enfermedad de mi madre me hizo ver la vida desde sus ojos, y esos ojos pizpiretas que la acompañaron hasta el final, me decían vive.
Y a esos mismos ojos que sabían pedir un TE QUIERO, era imposible no repetírselo tantas veces como la ocasión lo permitía.
Realmente nos ayuda mucho lograr hacer las paces con esta enfermedad. Aprender a convivir con esa intrusa que pisa fuerte pero a la que no permitimos que nos haga sentir pisoteados por ella.
Aprendí a no esperar más diagnósticos, sino a buscar las formas de ayudar a mi madre a no sentirse a solas con ellos.
Es difícil aceptar su evolución, pero se hace más fácil cuando se ven estos cambios no como una derrota sino como una posibilidad de despedirte. Intentar sentir que aunque estemos desarmados, no nos quejamos de no conseguir la victoria, porque de alguna forma nos hemos sentido victoriosos sumando valores y valor a la vida, y teniendo la posibilidad de acompañarlos hasta el final.
No se trata de vivir con mucho o poco, se trata de darle significado a cada momento que vivimos.
A propósito de lo que decía Francesc Torralva "Hay enfermos incurables pero ninguno incuidable", y vale la pena cuidarlos bonito.
Si pudiera pedir un deseo, pediría cuidar a los cuidadores, ayudarlos y animarlos a que no se descuiden.
Recordarles que nada es para siempre, y que cuando desfallezcan esas fuerzas piensen que son la luz y el color de los enfermos que cuidan.
A por esa semana que nos recuerda que no se trata de vivir con mucho o poco... se trata de darle significado a cada momento que vivimos.
Y ese momento de hacer clic para publicar mis pensamientos y saber que estáis ahí para leerlos... es... mi gran momento del lunes!!! Sonrío.
Y como ya sabéis que soy muy impulsiva, ahora mismo lo que deseo es compartir con vosotros este precioso audio en el que mi amiga ESTHER nos regala con su maravillosa voz, todo el sentimiento que transmite el lindísimo poema de FINA TUR.
Agradezco la fantástica labor de ALZHEIMER UNIVERSAL, tanto para enfermos como para los cuidadores. Y una mención muy especial, porque llegaron y se quedaron en mí CORAZÓN, a todo el personal del HOSPITAL de SAN JOAN de DEU de Palma de Mallorca, pacientes y familiares de pacientes.
Mil gracias por hacer que cada día nos sintiéramos en familia y como en casa.