lunes, 11 de abril de 2016

Ni un PELO de TONT@S


Eso va para rato!!!
Estoy en una sala de espera de consulta médica.
Hay mucha gente.
Aquí sobra tiempo para perderlo.
Me doy cuenta que casi todos cambiamos mucho de posturas, se nota que nos estamos poniendo nerviosos.
Algunos pocos transmiten tranquilidad.
La gran mayoría se muestran molestos con la espera.
A mí  me resulta casi inevitable entablar conversación. Reconozco que me encanta la gente.
Hay una chica en el asiento contiguo de unos veintitantos años que parece muy serena y tranquila, pienso que ella no tiene prisa de entrar. Me hace pensar que no tiene prisa de nada.
Intento iniciar una conversación. "Parece que va para rato" - le digo sonriendo-
Ella no tarda ni un segundo en contestar, "aquí a veces te puedes pasar hasta horas, creo que por eso sigo viniendo" -me responde muy seria-
Ni trabajo ni estudio... Me sobra tiempo para todo.” -me dice-
Qué suerte tienes de no tener prisa” -le digo intentando quitar hierro-
Reacciono sin cambiar de tercio.
Yo tengo una hija más o menos de tu edad y hoy le ibas a dar mucha envidia". -Por las fechas, seguro que está con exámenes le comento- Y ella sonríe por primera vez.
Uf creo que tú sabes de esto” -le digo también sonriendo-
“Si, he terminado derecho.” -me responde-  Silencio buscado por las dos.
Pero no tengo trabajo. Y eso que pensaba que no tenía ‘ni un pelo de tonta’. La verdad es que lo que deseo es montar mi propio despacho, pero todos me desaniman.” -me añade ella-
La noto muy afectada y me veo tentada de contarle un poquito sobre mi experiencia profesional.
Ella me escucha con más atención de la que me había prestado hasta ahora y voy notando su entusiasmo.
Me hace sentir que de alguna manera le estoy ayudado a ver "un poquito de luz" y alguna que otra puerta abierta.
Hablamos hasta que la llaman, así descubro su nombre y me despido con un "suerte y Pa'lante Susana"

Sentir que al final de una conversación aquella persona demuestra con gestos o palabras que se siente mejor, me provoca una dosis de endorfinas, es como comer chocolate pero sin calorías! Sonrío

Ahora mismo lo que más deseo es que llegue mi turno y al finalizar salir corriendo hacia un espacio abierto, así que mi próximo destino será el campo. ;)

Ya he llegado!! ...
Uishhh que bueno poder sentir esa tranquilidad que da el estar tranquilo, sin más prisas que las que necesitas.

Con los ojos cerrados y la cara al sol, pienso en Susana y el tema que le preocupa . Me viene a la memoria esa frase que ha dicho : "ni un pelo de tonta" y sonrío ...
La verdad es que me ha parecido de un listo que "pa qué".

Como siempre estas cosas de mi día a día me hacen reflexionar y cojo el hilo sobre un tema que consideró muy importante, las bondades de sentirnos felices en y con nuestro trabajo y también aprender a serlo cuando lo buscamos y no lo encontramos.

Elegir nuestra vida laboral no es "una tontería sin importancia". Dedicamos al trabajo unas horas lo suficientemente significativas como para darle la atención que se merece.

A veces hemos de dejar que el corazón, la intuición y la ilusión sean las únicas responsables de nuestras decisiones.

Antes que tomar una decisión siempre no podemos olvidar de hacer esa auto reflexión de tan obligado cumplimiento y sopesar todos los pros y los contras.

No siempre se puede tirar todo el equipaje por la borda,  pero a veces podemos tirarnos al agua y guardar la ropa. Lo único importante es que sea viable.

A veces mejorar nuestra vida laboral o ser más felices en ese entorno no significa cambiar de trabajo o no ejercer en la actividad en la que nos hemos preparado. Simplemente  puede consistir en reconocer nuestras habilidades y buscar la forma de "darlas a conocer" a las personas indicadas que nos pueden ayudar a conseguir cambios significativos en nuestra trayectoria laboral y sentirnos más felices.  

Pienso que el secreto de nuestro éxito personal está en "saber realmente para qué somos buenos y que se nos da mejor". Aquí empezamos con buen pie el camino hacia unos objetivos que deben llevarnos a una meta asequible y real.

Recordemos la importancia de nuestros pensamientos. Nuestra  mente crea y un día ... plaf "voilà", sonrío. Vale la pena soñar mucho y bonito, sin olvidar eso de "sueña en grande y pasaran cosas gigantes".

Yo añadiría "sueña en grande y atrévete a fallar" . No olvidemos que la mayoría de grandes éxitos fueron solo sueños al principio. Y es lícito y hasta saludable no esperar estar muy mal para querer estar mejor.

Ahora pienso en algo que no puedo dejar a un lado y es la gran cantidad de personas que buscan trabajo y les resulta en este momento, tan difícil encontrar. Es algo tan cotidiana que ya casi la vivimos con cierta normalidad resentida.
El otro día leí un anuncio colgado de una pared que decía "busco trabajo de casi 
todo".

Reconozco que me hizo pensar mucho.  Estaba claro que esta persona no se podía parar a seleccionar un trabajo en el que su prioridad fuera sentirse feliz, sino que sería feliz simplemente con tenerlo.

En estos casos nuestro empeño debe centrarse en conseguir darle ese matiz de provisionalidad que se merecen las cosas menos buenas que nos pasan.

Lo importante es salir no solo airoso sino reforzado. Ver no un callejón sin salida, sino un callejón cuya salida a veces no está justo en ese mismo callejón. Mientras no se tiene trabajo puede ser el mejor momento para replantear nuestro camino y reconducirlo.

Tal vez puede ser útil realizar cursos que nos acercan a otros sectores o actividades con más salidas laborales o tal vez nos podamos permitir tener proyectos de iniciar una actividad por cuenta propia y auto emplearnos .

Y no olvidemos que siempre se ha dicho que buscar trabajo ya es un trabajo.
Por otro lado es muy importante ocupar ese espacio de tiempo desocupado, en buscar también esa afición o actividad lúdica que siempre tuvimos ilusión de realizar y que nunca pudimos hacer por falta de tiempo. Cada uno sabe qué límites económicos le condicionan y en función de eso, optar por unos u otros centros privados o públicos.

Todo llegará, pero mientras tanto no esperemos en la sala de espera ni con nerviosismo ni con apatía. Es muy bueno que la nueva actividad nos coja activados mentalmente y para eso debemos seguir entrenando nuestro bienestar emocional.

Tanto si estamos en uno u otro bando de la preocupación laboral, lo más importante es conseguir que la sonrisa gane el pulso y caminar bonito hacia todo aquello que nos haga sentir felices.

Os deseo una semana relinda con mucha ilusión de ilusionarnos y resilusionarnos las veces que haga falta. Ahora mismo feliz de teneros aquí, delante o detrás de esta ventana, que me acerca cada lunes a vosotr@s.