lunes, 16 de mayo de 2016

Ni pensarlo...


Pensé que ya no encontraría abierto..”. -le digo con la respiración un poco jadeante a la chica que muy amablemente me pide que deseo-
“No se preocupe aquí estamos las 24 horas” -me contesta ella señalándome un cartel-
“Anda es verdad, un poco más y me muerde” -le contesto sonriendo-
A mi lado otra dependienta de la farmacia atiende a un señor, e inevitablemente oigo su conversación mientras espero que me traigan lo que he pedido.
¿No tenéis pastillas para pensar algo bonito?” -le está diciendo en tono melancólico-
Ay D. Luis si tuviéramos creo que terminaríamos las existencias pronto” - le contesta la dependiente en tono de estar por casa-
Pues yo necesito algo para dejar de pensar cosas negativas” -vuelve a contestar aún con gesto más triste-
Oír esto me provoca ese "punto maleni", en el que el fin justifica los medios y dando rienda suelta a mi impulsividad incontrolada, le digo sonriendo: “Uf pero si eso lo puede conseguir sin receta!!!


Él se gira hacia mí y temo su reacción. Creo que me he puesto un poco colorada, definitivamente soy demasiado impulsiva. Pero sorprendentemente parece que a él le ha despertado interés esa afirmación.
¿Sin receta?” -pregunta esperando respuesta-
Bueno, con una... pero sin control médico.” -Le digo sonriendo-
Es sencillo, si usted fuera a un autoservicio de comida, ¿Que platos elegiría?” -le pregunto-
Hombre, los que me gustan!” -él me responde-
Gesticulo y esbozó una mueca de esoooo. Hace años leí algo que nos aconsejaba Louis Hay y que me ayudó mucho, venía a decir algo así como que "todos tenemos un autoservicio de pensamientos y todos podemos elegir los que más nos gustan". A veces solo necesitamos recordar eso. Ahora es él el que sonríe...

Como me gusta cuando las personas me devuelven una sonrisa.

Y en este caso su tono y su expresión de cara me confirman que algo tan simple le ha infundido al menos una nueva esperanza de conseguir sentirse mejor. Lejos de parecerle una estupidez, me dice: “voy a intentarlo, el ‘no’ ya lo tengo".

Entonces me acuerdo de esa reflexión que tantas veces me dijo mi madre y que me hace pensar que tal vez de algo le ha podido servir mi "incontrolada intromisión".

Así que en el avión destino a ROMA voy pensando y escribiendo sobre ese tema que ha surgido esta mañana en la farmacia y que me hace reflexionar sobre el "posibilidad de elegir nuestros pensamientos".

La experiencia nos dice que cuando más pensamos es cuando nos quedamos a solas con el silencio exterior y el interior deja de estar en silencio, pasando  a susurrarnos todo tipo de pensamientos. Todos pensamos cosas buenas y bonitas y cosas que ni lo son ni lo serán.

Ahora mismo, sentada en este avión, pienso en muchas cosas buenas que me ilusionan de este viaje, pero también es cierto que inevitablemente quieren interrumpir ese momento de "euforia", otros pensamientos menos buenos que podrían ensombrecer la oportunidad de disfrutarlo.

Cuando pensamos en estas cosas no tan buenas, como en alguna persona ausente que no volverá, en algún problema que es irresoluble, en algo que no tiene ni principio ni fin...  es el momento de "darnos caña" para conseguir dejar de preocuparos o sufrir por esos pensamientos negativos que nos restan felicidad. Es el momento de buscar una solución directa y proporcional a los efectos secundarios que nos provoca el pensar negativo y conseguir difuminar o eliminar los daños emocionales que eso nos produce en nuestro día a día.

Si al luchar contra esos pensamiento no obtenemos los resultados esperados o que podríamos esperar, es importante recordarnos que si seguimos multiplicamos tiempo haciendo  "más de lo mismo" obtendremos los mismos resultados multiplicados por tantas veces como lo repitamos.

Así que  lo más acertado cuando sintamos la intromisión de algún tipo de pensamiento negativo que se repite y que ha pasado a invadir nuestra zona de paz y alegría, es cambiar de rumbo y rectificar la ruta.

Decirnos algo así como no voy a pensar ni esto, ni aquello, voy a pensar eso otro que cada vez que lo pienso me produce sensación de felicidad.

Para obtener esos resultados diferentes es importante decidirnos a pensar cosas diferentes. Cuando nos tientan esos pensamientos que nos angustian, intranquilizan, nos quitan energía y humor... lo mejor es dejarlos en la puerta, no invitarlos ni a entrar ni a quedarse.

Igual como cuando toca alguien a la puerta de casa y no es bien recibido. Seguro que buscaremos la "habilidad" de "librarnos" de ella. Muchas veces es necesario ponernos "firmes" con los pensamientos negativos o innecesarios.

Os confieso que a mí lo que me va mejor es enfadarme un poquito conmigo misma, regañarme y decirme eso de: “NO pienses de + Malena!!!

Así que ahora mismo que pensaba en la pena que me provoca no tener a mi madre para poder contarle todo lo bonito que iré viviendo y disfrutando en Roma, me he regañado y he reconducido ese pensamiento. Me he dicho: “¿Eres un poco tonta o qué Malena? Tu madre estaría muy feliz de ver que lo disfrutas, así que ni pensarlo en hacerte penas. Diles hola y adiós. Dedícale esos bonitos momentos a ella, recordándola pero sonriendo como solo ella sonreía.”

Lo menos bueno es cuando a veces ni echándolos se quieren ir. En estos casos me ha dado muy buenos resultados distraer la mente, llenarla de otras cosas que nos obliguen a pensar en otra dirección y no tener tantos miedos, repetirnos eso de Pa'lante y que nos quiten ... lo bailao.

Es importante también aprender a diferenciar lo que es de lo que puede ser. Buscar argumentos para dejar de preocuparnos por lo qué nos pasará y pasar a la acción de ocuparnos de lo que nos pasa.

Me gusta lo que decía Jim Rohn: " la acción es el peor enemigo del miedo". Pero la verdad es que considero cierto que el que vive sin pensar no puede decir que vive.

Por lo tanto no se trata de no pensar sino de conseguir transformar los pensamientos negativos que nos paralizan, nos interrumpen o hacen tambalear nuestra felicidad, en pensamientos positivos.

Puede incluso ser una ventaja tener algún pensamiento negativo, si los utilizamos para  cambiar o mejorar el destino de nuestra vida a través de aquellos pensamientos iniciales, que nos han puesto en alerta de que algo no iba del todo bien.

¿Que no lo conseguimos a la primera?...
No pasa nada, recordemos lo que dice Robert  kiyosaki: "A veces se gana y otras se ... aprende". Sonrío.

Hoy podemos empezar a ganar aprendiendo a ELEGIR qué queremos pensar. Si no conseguimos cambiar nuestros pensamientos recordemos que sí podemos cambiar nuestra forma de percibirlos y pasarlos a la perspectiva del vaso medio lleno y no medio vacío.

Y después de reflexionar sobre el pensamiento negativo, ahora lo que más deseo es recordar los beneficios de pensar en positivo. Cuántos beneficios nos aporta aprender a ver en cada día la oportunidad de vivir desde la gratitud y la actitud positiva.

Saludemos al día dando las gracias por poder tener un día más para pensar menos y sentir más.

Ahora mismo estoy muy feliz por teneros aquí cerquita de esta ventana, y os deseo a tod@s una FELIZ SEMANA, llena de todo lo que nos hace sentir la VIDA SINTIÉNDONOS muy VIVOS.