Blanco y en botella

“¿Un blog? ¿Pero para que te vas a meter ahora a escribir un blog? La verdad es que te gusta complicarte la vida. No entiendo cómo puedes pensar que alguien va a leer tu blog.” -afirma categórica mientras levanta la cabeza del plato que está devorando, una chica rubia de aspecto muy cuidado, y de modales y expresiones que no lo acompañan-

El chico de al lado de ella no le responde a ninguna de sus preguntas y menos a sus afirmaciones y sigue comiendo. El chico no parece ni sorprenderse ni inmutarse...

La chica se está desesperando con su silencio.

Ahora el chico para de comer y simplemente le dice: “¿Crees que no debería empezarlo?”

“Fernando, ni tienes nada nuevo que decir, ni eres ningún famoso, así que «blanco y en botella»" -le responde ella-

Uf plaf ... algo así me dijeron a mi hace poco más de un año!!! ¡No me lo puedo creer! Sonrío.

Y ¿para qué RIZAR EL RIZO?

“Samueeeeaal!”-Grita alguien con acento portugués en la playa-

Mi mirada busca al protagonista de ese grito tan melódico, sonrío.

Es un chico de unos treinta y tantos al que le están  haciendo un vídeo mientras juega con sus hijos que no paran de decir "pai". Están sentados en la orilla de la playa, él en el centro y uno a cada lado.  Enfrente de los tres un gran castillo de arena.

Los niños están inquietos, alborotan y están tan contentos que están poniendo nervioso al "pai" .

Una chica de tipazo y melena larga morena, intenta sacar paciencia para seguir grabando.

Cuando ya está todo para "revista", y en un intento de mejorar lo que ya podría considerarse inmejorable, el chico coge un muñeco y lo deposita en una de sus torres . En ese momento uno de sus hijos le tira agua a la cara, él mueve la cabeza, la mano y ... se derrumba gran parte del castillo.

Uf fin de la idílica grabación, padre enfadado, madre enfadada, hijos enfadados.

Si se lo hubiera contado a mi madre probablemente me hubiera dicho: “Si es que no se puede querer rizar el rizo!!!”. Sonrío.