domingo, 13 de noviembre de 2016

PARA qué HUIR si te puedes ESCAPAR?

 


¿Pero cuántos días te vas?”-le pregunta una mujer con voz y gestos de pocos amigos a la modista que estoy esperando para unos arreglos.
Pues... voy a estar unos días.” -le contesta casi titubeando, como el que no se atreve a afirmar algo de forma clara y segura.
Vaya, no creo que sea buena idea.”-afirma rotunda la clienta.
Es que…”-le intenta contestar la modista pero no le deja continuar...
Así se puede perder lo que tienes”-le dice la clienta interrumpiéndole- (entiendo que refiriéndose a sus clientes) sonrío.
En este momento, la modista da muestras de su inteligencia emocional y con tono de humor, le dice: "Carmen, que no huyo que sólo me escapo unos días".

Ya sabéis que las cosas que me ocurren en mi vida cotidiana siempre terminan por darme pistas para encarar situaciones de la vida. Curiosamente estos días he oído unas cuantas veces la palabra escapada y hace poco que he llegado de mi "escapada" a Granada. Sonrío
Bueno lo cierto es que esta coincidencia me ha hecho pensar en si consigo no solo ver la diferencia entre huir y  escapar, sino en reflexionar sobre la necesidad de hacerlo.


 
Ufff, ¿pero la hay?
¿Cuando alguien huye, no escapa de algo o de alguien? Sonrío.
Bueno, la verdad es que a simple vista, escaparse suena a huida.
Ahora pienso en si he deseado en alguna ocasión huir o escapar de algo o de alguien... Definitivamente SI. Sonrío.

¿Pero que es mejor HUIR o ESCAPAR?
Tal vez HUIR sea escapar en mayúsculas, es escaparse pero a lo grande... sin medida y para siempre. Es sentir la necesidad de alejarte sin intención de regreso. No hay vuelta atrás.
Así que si tuviera que elegir, me pido ESCAPAR, abrir y cerrar un paréntesis para valorar todos los pros y contras antes de huir.
Me escapo un rato ... me voy pero puedo volver o bien para sentirme feliz al regresar, o bien para ver que ni regresando puedo serlo.

A veces solo se trata de sentir de nuevo el aire en la cara,  recuperar un poquito de esa libertad para decidir que queremos realmente en nuestra vida, recuperar esa libertad que pudo perderse por el camino, incluso durante aquellos trayectos que parecía que nos conducían a ella, esa libertad que incluso en ocasiones nos llevó a decidir perderla.

Pero me pregunto, ¿CUÁNDO se "debe" huir y cuando se "puede" escapar?
 
Pienso que antes de huir y tirar esa toalla mojada, mejor ponerla a tender un rato para que se seque.  Tal vez si nos escapamos ese rato, más o menos largo, al regresar no sólo estará seca, sino que además puede parecernos la mejor toalla del mundo.
 
Lo cierto es que no siempre produce estos efectos, y tras una escapada podemos sentirnos igual como antes, sentir ese vacío y esa sensación de necesidad de volver a escapar una y otra vez para huir de lo que pensamos que nos mantiene infelices.
Para algunos, el motivo de esa infelicidad será algo relacionado con su  trabajo, para otros temas familiares que le producen una sobrecarga de responsabilidades, otros un desasosiego sentimental o un inconformismo permanente que les hace abrir y cerrar puertas constantemente ...
 
No siempre es posible ni escapar ni huir de ciertas "circunstancias", pero lo bueno es que tenemos en nuestras manos cambiar nuestra ACTITUD ante ellas.



Llegado a ese punto de reflexión, lo que sí tengo claro es que no sirve de nada ni huir ni escapar cuando el "problema viene de dentro" y llega por un mal planteamiento de nuestro pensamiento.  Muchas veces simplemente se produce por la necesidad de asociar nuestra felicidad a la felicidad que nos dará algo o alguien.


Nos puede ir muy bien para neutralizar los efectos secundarios de este pensamiento, decidirnos a NO HUIR sino poner ilusión en ENCONTRARNOS, no es necesario buscar fuera lo que todos podemos hacer por nosotros mismos desde dentro.

 

Desde mi experiencia puedo contaros que la solución no está en buscar "culpables" de algunos motivos de infelicidad, sino encontrar muchos motivos para "culparnos" de la felicidad que hemos conseguido.
 
Apostemos por DECIDIRNOS a definir y priorizar el HACER algo o al menos a INTENTAR lograrlo!!!!
 
Demos una vuelta por nuestro día a día, seguro que hay mucha materia prima para trabajar. es bueno plantarnos cara y con un poco de descaro preguntarnos: ¿Pero ... Y tú que buscas? ¿Pero ... Y tú que quieres? Sonrío.

 
En esa vuelta no olvidemos también RELATIVIZAR las cosas menos buenas que tenemos y que nos suceden, buscar ese VASO MEDIO LLENO y desistir de ese dar por hecho que está o estará permanentemente MEDIO VACIO.
 
Algo que también nos puede ayudar es dejar de ESPERAR TANTO de los demás y de la vida.

Disfrutemos de TODO lo que tenemos y de TODOS los que están ahí.
Seguro que si lo analizamos con cariño, nos daremos cuenta de lo mucho que es y de los muchos que son. 
Si incluso así tenemos dudas..... pensemos en la sensación de PERDER TODO ESO...  ¿Duele o no duele perderlo?


La paz y la alegría no viene siempre de la mano del RECIBIR, sino del brazo del DAR.
La vida devuelve lo que das.




Siempre hay motivos para buscar la oportunidad de ese
pa'lante que nos haga sentir felices en nuestra piel y en
nuestro mundo, sin necesidad ni de huir ni de escapar, sino de quitarnos las gafas de sol y agradecer ese aquí y ese ahora, que es una auténtica invitación a crear una bonita historia de amor por la vida y por las personas que nos rodean.

Os deseo un relindo día a tod@s, lleno de momentos de los que no queráis ni huir ni escapar, pero que si esos momentos llegan, os deis y deis licencia a los que están cerquita para hacerlo, porque la vida es demasiado bonita como para permitirnos vivirla y sentirla "a medio gas".