Ahora mismo pensando en vosotros
al despertar y quería contaros una anécdota cotidiana de hace unos días y en
primera persona, sonrío .
"Nunca pensé que unos
zapatos aparentemente cómodos podían doler tanto, me decía una y otra vez,
mientras perdiendo la vergüenza me los iba quitando aprovechándome de la
complicidad de la noche. Cuesta para abajo con los zapatos en la mano, me
prometo a mí misma que eso no me volverá a pasar, sonrio, y que puede ser una
invitación a la reflexión positiva para otras cosas de la vida ".
Hoy no os cuento lo que he oído
o he visto, hoy mi reflexión sale de lo que he sentido en primera persona y que
me ha hecho pensar en algo.
A veces en la vida sentimos esa
"presión de unos zapatos" que no encajan en nuestros pies. Cuando eso
ocurre no caminamos con paso seguro, o incluso sentimos que aquellos zapatos no
nos dejan avanzar al paso que deseamos, que para calzarlos ya hemos necesitado
incluso calzador y para mantenerlos nos hizo falta cambiar nuestros gustos,
hábitos, ilusiones ... vale la pena seguir llevándolos puestos ?
Lo importante es darnos cuenta
que esos zapatos noooo son para nosotros y que de nosotros depende quitárnoslos
y calzarnos con aquellos que nos dejan sentirnos nosotros mismos, que nos dejan
andar por el paisaje que elegimos, que incluso nos permiten pisar charcos si
hace falta o elegir bordearlos subidas a un tacón. Pero sea el zapato que sea,
sobre todo que no tengamos que quitárnoslos para sentirnos más felices.
Cuantos de nosotros podemos
sacar una reflexión de ese ejemplo tan cotidiano?
Eso sí , lo bueno y bonito de
reflexionar es darnos cuentas que "cada uno es un mundo" y cada
anécdota propia o ajena nos puede ayudar a "reconocernos" un poco
más. Lo que es bueno para unos no necesariamente es una buena respuesta
interior para otros. A mí por ejemplo me gusta el zapato cómodo como a todos,
pero reconozco que me siento muy cómoda en unos tacones.
Ese reconocernos puede chocar
con la pluralidad de opiniones, pero en el riesgo de ser nosotros mismos puede
estar la ventaja de conseguir serlo. Aceptemonos tal cual somos, y a
partir de ahí sigamos soñando.
Eso me ha hecho enlazar con otro
pensamiento, en lo importante de identificar ante todo que deseamos,
permitámonos soñar, pero identifiquemos que "sueño encaja sin
calzador", en que sueño nos identificaríamos si pudiéramos, después
reconozcamos que aquello es lo que realmente queremos para nosotros, busquemos
la manera de conseguirlo y por fin .... disfrutémoslo .
A veces nos encontraremos con
personas que nos "roban la ilusión" de que soñemos, tal vez ellos no
se atrevieron o no se atreven a soñar, o tal vez simplemente no quieren porque
les dijeron que los sueños sueños son, y ...no pasa nada, el respeto y la
comprensión que no falte. Pero si para ellos su sueño es no soñar, no dejemos
que nos interrumpa el nuestro de seguir soñando.
Eso sí, lo único que no
deberíamos permitirnos, es soñar en cosas que puedan hacer daño a los demás, o
en cosas que nos puedan hacer daño a nosotros mismos. Todo lo demás
permitámoslo y permitámosles a todos y a cada uno.
Así que hoy os quiero desear un
día, una semana, una vida relinda, en la que siempre recordemos que si unos
zapatos "duelen", y no nos dejan ser nosotros mismos, no dudemos en
quitárnoslos. Ese gesto lo que seguro, seguro, que nos proporcionará
inmediatamente es sentir el enorme placer de llevarlos en la mano y seguir
"andando". Sonrío .